Dispensario Victoria Eugenia

Edificio civil, 1930 (Urbano de Manchobas )

Descripción

El Sanatorio Victoria Eugenia, fue la culminación de un proyecto sanitario necesario en Eibar desde principios de siglo XX.

Ya en 1908 el doctor Niceto Muguruza, en una conferencia dada acerca de la Higiene en el Salón-Teatro, habló sobre la necesidad de un espacio donde los enfermos de tuberculosis pudiesen descansar y sanar. Se creó una comisión y esta organizó partidos de pelota, conciertos, tómbolas, corridas de toros y demás eventos, llegando a recaudar 26.000 pesetas. Así, el 25 de junio se inauguraba el Jardín de Convalecientes, donde hoy en día se encuentra el Instituto Ignacio Zuloaga.

Viendo que el problema de la tuberculosis no mejoraba, el doctor don Ziriaco Agirre hizo un llamamiento al pueblo sobre la necesidad de edificar un pabellón para los atacados por este mal. El doctor trazó el proyecto y nombró una Comisión de trabajo. Se organizaron varias fiestas benéficas, recaudándose 68.280 pesetas, se pidió un préstamo a la Caja de Ahorros Provincial y se recibieron donaciones particulares. Con lo recaudado, el 12 diciembre de 1926 se inauguraba un pequeño pabellón con una sala y 4 o 5 dormitorios. Costó en total 86.730 pesetas y se ubicaba en Legarre, cerca de donde hoy en día se ubica la residencia de ancianos.

Aunque el nuevo edificio podía tratar a unas pocas personas, el doctor Ziriaco Aguirre quería crear un edifico mucho mayor, con personal más preparado y material médico más moderno. En 1927, el Ayuntamiento de Eibar empezó los trámites con el Ministerio de Gobernación y finalmente el Estado subvencionó la mitad del coste total de la obra, comprometiéndose también a pagar la mitad de los gastos de su funcionamiento. Las obras terminaron en 1930, habiendo costado un total de 298.988 pesetas. Casi un tercio del coste se derivó a la compra de aparatos de Rayos X.

El 1 de junio de 1930 era inaugurado el nuevo sanatorio, al que llamaron como a la reina regente Victoria Eugenia. Con gran expectación por parte de los eibarreses, el sanatorio comenzó a funcionar con 16 enfermos (10 hombres y 6 mujeres), a pesar de que tenía una capacidad para 40.  Su director fue el doctor Ziriaco Agirre y siempre trabajó mano a mano con la practicanta municipal Felisa Ventura contra la tuberculosis. 

Fue derruído en 1979, a pesar de que ya llevaba en ruinas varios años.

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