Ed. ind. en Bittor Sarasketa 1A
Descripción
Azpiri, Aranceta y Palacios estaba dedicada a la fabricación de accesorios de bicicleta, principalmente faros y dinamos, que comercializaron bajo la marca “Lucis”, aunque según el Registro Mercantil, también se dedicaban a la compraventa de hierros, aceros, y metales. Según las matrículas industriales, desarrollaban su actividad en dos ubicaciones: en Txonta tenían el taller mecánico, mientras que en la calle Víctor Sarasqueta poseían el almacén de hierros. Tras el declive de la empresa madre, el edificio fue utilizado por diferentes talleres repartidos en las plantas del edificio. Fue derribado en 2019.
Aérea
Plano
Síntesis documental
En el emplazamiento donde se ubicaba este edificio, antes de la guerra civil, hubo viviendas propiedad de Martín Errasti (principal valedor de la empresa Errasti y Cía.), que también tuvo una forja en Urkizu [CB-CD-04] y un molino en Otaola [OT-D-05]).
La estructura del edificio de viviendas era de madera y tenía planta baja más tres plantas piso, aunque en 1931 se elevó una planta más [C5.39.16]. En la parte trasera del mismo, este industrial construyó en 1925 un taller adosado al taller de Víctor Sarasqueta [C5.36.32], donde disponía de maquinaria para labores con madera según las matrículas industriales (cepilladora, taladro, sierra sin fin).
Tras la guerra, este edificio de viviendas fue derribado parcialmente y sustituido por un almacén de hierros de la razón social Azpiri, Aranceta y Palacios, aunque no se ha podido especificar el año ni su alcance, ya que no se ha localizado la información de archivo.
Una hipótesis razonable es que el edificio de viviendas se derribara manteniendo los muros perimetrales de mampostería de planta baja, y aprovechando estas paredes, se construyera una nueva estructura de hormigón armado para dicho almacén, con planta semisótano y planta baja.
Azpiri, Aranceta y Palacios estaba dedicada a la fabricación de accesorios de bicicleta, principalmente faros y dinamos, que comercializaron bajo la marca “Lucis”, aunque según el Registro Mercantil, también se dedicaban a la compraventa de hierros, aceros, y metales. Siendo así, según las matrículas industriales, desarrollaban su actividad en dos ubicaciones: en Txonta tenían el taller mecánico, mientras que en esta ubicación de la calle Víctor Sarasqueta poseían el almacén de hierros.
En enero de 1954, Martín Aranceta, en representación de la empresa, solicitó la autorización para la construcción del resto de pisos sobre este almacén siguiendo el proyecto de Joaquín Domínguez Elosegui [Sarasketa 1]. El proyecto planteaba elevar cinco plantas manteniendo el mismo perímetro de la construcción original.
Por este motivo existieron discrepancias con Gaspar Arizaga, propietario del edificio próximo a la trasera de esta construcción, que defendía que las alineaciones debían ser revisadas para retrasarse y ajustarse al Plan de Regiones Devastadas, tal y como ya le había sucedido a él en su construcción [CB-01].
El Ayuntamiento, en cambio, defendía que la autorización era justa amparándose en que el edificio se situaba en la zona marcada “como de segundo periodo” en el “Plan de Obras” de Regiones Devastadas, donde se podían mantener las alineaciones preexistentes “por la necesidad de viviendas que se ha de sentir como consecuencia de su desarrollo industrial, dejando para un segundo periodo y a medida que lo requiera el futuro de Eibar, la rectificación de alineaciones (…)”; por lo que las alegaciones de Gaspar Arizaga finalmente no dieron lugar a la suspensión de las obras.
Una vez construido el nuevo edificio, trasladaron allí las actividades productivas de Txonta, y desapareció la actividad de “hierros” de la empresa de las matrículas industriales. Prueba de que la empresa mantuvo allí su actividad durante los siguientes años es la instalación de un compresor de aire en la terraza de la planta 5ª que realizaron en enero de 1964 a petición de Martín Aranceta Iturricastillo, en representación de esta sociedad [6914.15].
Tras el declive de la empresa madre, el edificio fue utilizado por diferentes talleres repartidos en las plantas del edificio. Una de ellas fue ocupada por los descendientes de Luis Azpiri (uno de los fundadores), donde fabricaron tornillería y roscas, principalmente.
El edificio se derribó en 2019.