Rodisa
- Edificio industrial, (cat) 1960
(Faustino de Basterra,
Pedro María Iñarra Iraegui
)
Barrena 34
Descripción
El taller primigenio se construyó en 1941 por iniciativa de Juan Olalde, natural de Matiena. El edificio pasó a ser propiedad de la empresa de Olave Solozabal y Cia. (El Casco), que lo alquilaba a la empresa Rodisa. Aún siendo el resultado de sucesivas ampliaciones, su aparencia exterior es unitaria y compacta. Aproximadamente en 1971 la producción pasó a las nuevas instalaciones de la empresa INA-RODISA en Elgoibar, quedando este pabellón en desuso. Actualmente sigue vacío y en proceso de degradación.
Síntesis documental
Aunque este edificio es conocido porque albergó Rodisa, no fue esta empresa la que impulsó inicialmente su construcción.
El taller primigenio se construyó en 1941 por iniciativa de Juan Olalde, natural de Matiena, conforme al proyecto del arquitecto Faustino de Basterra. Se trataba de un edificio de hormigón armado adosado a la actual calle Barrena, que constaba de una sola planta con forma rectangular posicionada sobre un zócalo de mampostería 6858.101.
Al año siguiente, este mismo industrial construyó un pequeño levante en la esquina del pabellón industrial destinado a oficina 6859.47.
El edificio pasó a ser propiedad de la empresa de Olave, Solozabal y Cía. (El Casco), que lo alquilaba a la empresa Rodisa. Así lo detallaba Juan Ciorraga en su instancia presentada en octubre de 1955, cuando en representación de Olave, Solozabal y Cía. solicitó autorización para completar la construcción de la planta primera conforme al proyecto del ingeniero Pedro Maria Iñarrairaegui 6882.14.
En agosto de 1957, Juan Solozabal, en representación de su empresa, pretendía nuevamente ampliar el edificio Rodisa. Esta vez se trataba de una prolongación importante en la parte posterior de planta baja y planta primera, con una sección escalonada contra la ladera, proyecto redactado por Iñarrairaegui. No obstante, esta solicitud quedó rechazada inicialmente por quedar afectado el trazado de la nueva carretera de circunvalación proyectada detrás del edificio 6890.09.
En diciembre de 1957 volvieron a solicitar la misma actuación, y aunque la respuesta del arquitecto municipal se mantuvo negativa hasta que se conocieran las condiciones urbanísticas, finalmente se aprobó la ejecución de las obras 6890.28.
En 1961 se elevó una planta completa todo el edificio, a raíz de la solicitud de José Zuloaga Osoro, en representación de la empresa, conforme al proyecto del ingeniero Iñarrairaegui. Las nuevas dependencias estarían destinadas para los departamentos de control y oficinas, 6902.25.
En 1962 José Zuloaga solicitó una nueva ampliación contando con los servicios del ingeniero industrial José María Echeverría Aranzabal. Esta vez se trataba de añadir una planta semisótano en la parte delantera del edificio eliminando el terreno de esta parte, ya que por normativa no se permitía aumentar el volumen exterior del pabellón. Aprovecharon que la planta baja estaba elevada sobre el nivel de la calle para adecuar esta planta semisótano con acceso directo desde la calle.
Ante la imposibilidad de crecer más, tan sólo se realizaron obras menores, como una caseta en la cubierta del edificio y un cobertizo para guardar bicicletas en 1964, a raíz de la instancia de Tomás Arteaga Aizpurua como gerente de Rodisa, según los croquis adjuntos 6919.03.
Aproximadamente en 1971 la producción pasó a las nuevas instalaciones de la empresa INA-RODISA en Elgoibar, quedando este pabellón en desuso. Actualmente sigue vacío y en proceso de degradación. La cubierta de agua se ha secado, provocando el mal funcionamiento de la impermeabilización.